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[center]First Kiss. Primer beso- [Kagome e Inuyasha]
FIRST KISS- ONESHOT INUYASHA Y KAGOME:
Ella Miraba por la ventana suspirando, esperando verle brincar sobre aquellos altos edificios que rodeaban su escuela, esperaba que él traspasara las barreras del tiempo para ir a verla, a buscarla.
Pensaba en aquello que le esperaba al otro lado, luchas, al borde de la muerte, pero ni si quiera le importaba asumir aquel riesgo, si eso le permitía estar junto a él.
Aquel día llegó rápidamente a su casa, recogió aquellos diminutos fragmentos que yacían sobre su cama, y se lanzó a aquel viejo pozo sin fondo. Se paró el tiempo. Como siempre, había vuelto a aquella antigua época, pero algo iba mal. Él no estaba allí, el no estaba esperándole impaciente como de costumbre. ¿Qué era lo que estaba pasando?
Sintió algo en su interior. Desesperada, echó a correr hacia aquel profundo y seco bosque. Se paralizó. Allí estaba él, tendido en el suelo, inmóbil.
-*¡Inuyasha!*
Fue corriendo hacia él, mientras sus ojos lloraban desconsolamente.
-Inuyasha.. Se desplomó sobre él.
Su cuerpo estaba frío.
De repente, unos blancos copos de nieve empezaron a inundar lentamente el lugar. Un ambiente precioso, para un momento tan dramático.
*Inuyasha.
Mientras lloraba, Kagome no se daba cuento cómo algo travesava y rajaba su espalda. Pero no le importaba que le arrebataran su vida si era junto a él. Nisiquiera se percataba de ello. Poco a poco su aliento fue nulo y los latidos de su corazón fueron decreciendo. Ella moría. Mientras cerraba lentamente sus ojos, notó como alguien le abrazaba.
Abrió los ojos.
-Ka.. Ka-go-me..
Él estaba desorientado, no entendia que hacía ella ahí.
-¡Kagome! Rápidamente la apartó de él, se incorporó cómo pudo, y a duras penas pudo cojerla y llevarla hacia su pecho.
-Kagome...
-Inu.. yasha.
Ella se apartó de él.
-Inuyasha.. qué.. te ha pasado?
Casi ni podían articular palabra.
-¡Estaba tan asustada!-Kagome no podía contener sus lágrimas.
Él la llevó de nuevo contra su pecho, regalándole el más fuerte de los abrazos que jamás el le pueda haber dado, y notaron los latidos de sus corazones, fundidos en un mismo tic-tac.
El silencio se hizo eterno.
-Inuyasha.. Estás.. ¿llorando?
Kagome se apartó de él y le miró a los ojos. En ellos podía observar como unas lágrimas se deslizaban por su rostro.
-Kagome.. no te separes nunca de mi lado.
Kagome se sorprendió tanto a tal petición que no podía articular palabra.
-No te vayas... No quiero estar solo.
-Inuyasha, yo..
Aquellos dos pálidos rostros entre lágrimas se perdían en el blanco de la nieve.
-Kagome..
Los dos se miraron. El brillo de sus ojos era más intenso que nunca. Sus mejillas se tiñeron de rojo.
-InuYasha.
Él posó sus manos sobre la cara de Kagome. Parecían que sus ojos atravesaran su alma. Kagome no podía ni hablar. Fueron acercándose aún más. Poco a poco, se fundieron en un beso, Cerrarando lentamente los ojos.
Ella lo deseaba. Los dos lo deseaban. Deseaban que aquel momento fuese eterno, que durara para siempre.
El blanco de la nieve, aquel beso con la persona a quien amaban. Nadie podría interrumpir ése momento.
Podría..
De repente escucharon un ruido entre los arbustos. Se separaron rápidamente, se levantaron, y se acercaron lentamente...
¡Eran ellos cuatro! Sango, Miroku, Shippo y Kirara. Lo habían visto todo, escondidos. ¿TODO? .. TODO... ¡NO! Los dos se sonrojaron.
Sus 4 amigos tenían una expresión de emoción en el rostro. Inuyasha y Kagome se resignaron.
Un rayo de sol se coló entre los árboles y un resplandor invadió el lugar. Debían seguir con su aventura, en busca de Naraku.
-¡ALLÁ VAMOS!
FIRST KISS- ONESHOT INUYASHA Y KAGOME:
Ella Miraba por la ventana suspirando, esperando verle brincar sobre aquellos altos edificios que rodeaban su escuela, esperaba que él traspasara las barreras del tiempo para ir a verla, a buscarla.
Pensaba en aquello que le esperaba al otro lado, luchas, al borde de la muerte, pero ni si quiera le importaba asumir aquel riesgo, si eso le permitía estar junto a él.
Aquel día llegó rápidamente a su casa, recogió aquellos diminutos fragmentos que yacían sobre su cama, y se lanzó a aquel viejo pozo sin fondo. Se paró el tiempo. Como siempre, había vuelto a aquella antigua época, pero algo iba mal. Él no estaba allí, el no estaba esperándole impaciente como de costumbre. ¿Qué era lo que estaba pasando?
Sintió algo en su interior. Desesperada, echó a correr hacia aquel profundo y seco bosque. Se paralizó. Allí estaba él, tendido en el suelo, inmóbil.
-*¡Inuyasha!*
Fue corriendo hacia él, mientras sus ojos lloraban desconsolamente.
-Inuyasha.. Se desplomó sobre él.
Su cuerpo estaba frío.
De repente, unos blancos copos de nieve empezaron a inundar lentamente el lugar. Un ambiente precioso, para un momento tan dramático.
*Inuyasha.
Mientras lloraba, Kagome no se daba cuento cómo algo travesava y rajaba su espalda. Pero no le importaba que le arrebataran su vida si era junto a él. Nisiquiera se percataba de ello. Poco a poco su aliento fue nulo y los latidos de su corazón fueron decreciendo. Ella moría. Mientras cerraba lentamente sus ojos, notó como alguien le abrazaba.
Abrió los ojos.
-Ka.. Ka-go-me..
Él estaba desorientado, no entendia que hacía ella ahí.
-¡Kagome! Rápidamente la apartó de él, se incorporó cómo pudo, y a duras penas pudo cojerla y llevarla hacia su pecho.
-Kagome...
-Inu.. yasha.
Ella se apartó de él.
-Inuyasha.. qué.. te ha pasado?
Casi ni podían articular palabra.
-¡Estaba tan asustada!-Kagome no podía contener sus lágrimas.
Él la llevó de nuevo contra su pecho, regalándole el más fuerte de los abrazos que jamás el le pueda haber dado, y notaron los latidos de sus corazones, fundidos en un mismo tic-tac.
El silencio se hizo eterno.
-Inuyasha.. Estás.. ¿llorando?
Kagome se apartó de él y le miró a los ojos. En ellos podía observar como unas lágrimas se deslizaban por su rostro.
-Kagome.. no te separes nunca de mi lado.
Kagome se sorprendió tanto a tal petición que no podía articular palabra.
-No te vayas... No quiero estar solo.
-Inuyasha, yo..
Aquellos dos pálidos rostros entre lágrimas se perdían en el blanco de la nieve.
-Kagome..
Los dos se miraron. El brillo de sus ojos era más intenso que nunca. Sus mejillas se tiñeron de rojo.
-InuYasha.
Él posó sus manos sobre la cara de Kagome. Parecían que sus ojos atravesaran su alma. Kagome no podía ni hablar. Fueron acercándose aún más. Poco a poco, se fundieron en un beso, Cerrarando lentamente los ojos.
Ella lo deseaba. Los dos lo deseaban. Deseaban que aquel momento fuese eterno, que durara para siempre.
El blanco de la nieve, aquel beso con la persona a quien amaban. Nadie podría interrumpir ése momento.
Podría..
De repente escucharon un ruido entre los arbustos. Se separaron rápidamente, se levantaron, y se acercaron lentamente...
¡Eran ellos cuatro! Sango, Miroku, Shippo y Kirara. Lo habían visto todo, escondidos. ¿TODO? .. TODO... ¡NO! Los dos se sonrojaron.
Sus 4 amigos tenían una expresión de emoción en el rostro. Inuyasha y Kagome se resignaron.
Un rayo de sol se coló entre los árboles y un resplandor invadió el lugar. Debían seguir con su aventura, en busca de Naraku.
-¡ALLÁ VAMOS!
